domingo, 9 de junio de 2013


Pronto lo vi, vi su luz , noté como ella podía hacer vibrar hasta lo más inherte. Todos veíamos su magia, esa magia de la que se olvidaba con tanta frecuencia. Porque no lo he dicho, pero ella lloraba, le encantaba llorar, sí, esa era la causa, le encantaba que las lágrimas le limpiasen por dentro hasta que le escocían las mejillas, era casi su mejor sensación.
También le encantaba caminar con sus zapatos rotos y en ocasiones lo único que necesitaba era sentarse en el suelo frío.
Bailó tanto, bailó hasta el apagón y lo logró, y alegró el Paseo de los Tristes. Apuntó alto con el dedo y pudo tocar el Veleta, a veces lo único que quería era perderse por los jardines de la Alhambra.
Ella tenía la cualidad de la duda infinita, un querer impredecible, giraba en sentido contrario, iba a contracorriente, veía un amigo en un charco, una flor en la hierba.
Creo que la magia radicaba de su desequilibrio. Aprendió a vivir con los zapatos rotos, a adaptarse a las situaciones más adversas, a ver la felicidad en una pieza de fruta, a ser libre emocionalmente, aprendió a aprender. Y yo aprendí a quererla de forma especial.

                                                                                                                                              Vird, flor.

miércoles, 15 de mayo de 2013

A veces siento que cada recuerdo que nos viene a la mente, cada lágrima que lloramos, es un abrazo directo que les llega estén donde estén. Yo hoy lo estoy abrazando mucho.

sábado, 11 de mayo de 2013

Una chica un tanto peculiar. Nada más conocerla te llamará la atención su nariz perfectamente pequeñita y su oyuelo de mentira que hace que su sonrisa quede fácilmente grabada en tu mente. Lo más seguro es que la quieras después de intercambiar dos palabras con ella, ya que solo con su risa desprende alegría. Pero va mucho más allá, es una isla repleta de tesoros, una isla pequeña pero muy acogedora que contiene dentro todo lo necesario. Quizá puede parecer de difícil acceso, pero sólo hay que poner una pizca de atención y ella hará todo lo posible por ayudarte. Por suerte yo he conocido esa isla y os aseguro que jamás me he sentido más segura en ningún lugar...no la perdería por nada del mundo. (Aunque tiren a dar).
Fdo. Sin H
Y si decide tocarte, ya puedes intentar mantenerte ateo.
Que si ella está, las cosas son.


(Quererse poco, flojito, de lado y sin querer).

jueves, 9 de mayo de 2013